miércoles, 7 de diciembre de 2011

la danza de las manos

Es una antiguo broma decir que “fulano se quedaría mudo si le ataran las manos”, sin embargo es cierto que todos estaríamos bastante incomodos si tuviéramos que renunciar a los ademanes con que tan a menudo acompañamos e ilustramos nuestras palabras.

La mayoría de las personas son consientes del movimiento de manos de los demás, pero en general lo ignoran, dando por sentado que no se trata mas que de gestos sin sentido. Sin embargo los ademanes comunican. A veces contribuyen a esclarecer un mensaje verbal poco claro. En otros momentos pueden revelar emociones de manera involuntaria. Las manos fuertemente apretadas o que juguetean son síntomas de tensión que otros pueden notar. Un ademan puede ser tan evidentemente funcional que su sentido exacto resulte inconfundible. En una película de investigación una mujer se cubría los ojos cada ves que hablaba de algo que la avergonzaba y cuando discutía su relación con el terapeuta, se acomodaba la falda.

Algunos de los ademanes más comunes están vinculados al lenguaje, como formas de ilustrar o subrayar lo que se dice. Hay gestos que señalan cosas y otros que sugieren distancia: “se acerco un tanto así”. Algunos representan un movimiento corporal (blandir el puño o hacer juegos de malabares) y otros delinean una forma o tamaño en el aire. Otros marcan etapas durante una narración.

Flora Davis, alianza 1998, ilustra

No hay comentarios:

Publicar un comentario